martes, 13 de noviembre de 2012

Un limbo decorado con postales

Un limbo decorado con postales

El Paraninfo de la Universidad acoge una exposición con un fin solidario donde las obras se pueden comprar a un precio único. Eso sí, sin conocer quién es el autor.




 Imagínese en las puertas de un museo. Sin saber que obras puede encontrar en su interior, sin conocer quién es el autor de las piezas que disfrutarán sus ojos pocos minutos después. Imagine que tiene la oportunidad de comprar la obra -única- que más le guste por 40 euros y que estos irán a parar a un fin solidario lejos de los bolsillos de un mecenas.

Esa es la realidad que presenta 'Postales desde el limbo' en el edificio de Paraninfo de la plaza Aragón. 1500 obras de 600 artistas consagrados y emergentes a un precio único para un fin solidario. Los beneficios irán íntegros para la Fundación centro de solidaridad Zaragoza-Proyecto Hombre.

Durante todo el fin de semana, de 11.00 a 21.00, curiosos, aficionados y compradores de ojo experto tendrán una cita con el arte. Por un precio único de 40 euros el viernes, 30 el sábado y 20 el domingo, la obra de un reconocido artista puede decorar el salón de su casa o su habitación.

Una pequeña cartulina que alberga los sentimientos, pensamientos y visiones de artistas de toda España y países como Francia o China expresados con certeras pinceladas de acuarela, emborronadas siluetas al carboncillo, perfilados dibujos con rotulador o con originales fotografias. Distintas disciplinas y multitud de temáticas para todos los gustos.
¿Quién es quién? (¿Qué es de quién?)
El comprador no conoce de quién es la obra hasta que ya es suya. Al fin y al cabo el arte entra por los ojos, evoca sentimientos. Esas sensaciones son más primitivas que los nombres que la firman. La autoría de la obra se encuentra en la parte posterior de cada postal y solo se descubre una vez que estas son despegadas de la pared para pasar a ser propiedad del comprador.

Sin embargo, el murmullo es constante. Trazos conocidos, colores y figuras reconocibles. La visita se convierte en un juego para el comprador más experto. “Las obras de artistas como Enrique Larroy o Nacho Bolea son identificable por los compradores”, explican desde la organización.

No solo los curiosos y aficionados se acercan a ver las obras, también los autores se 'dejan caer' por la sala para ver su obra expuesta o sorprenderse de que ya haya sido vendida. “Venía a hacerle una foto a mi postal y ya se ha vendido”, explicaba sorprendida la autora de la postal 'El árbol del limbo'.

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